Parques Temáticos.
Por Jorge Fauro
Los grandes parques de ocio españoles acumulan pérdidas por 150 millones, deudas por 772 , reducen visitantes y afrontan la temporada en plena crisis del sector.
Ni la adrenalina generada por la mayor montaña rusa; ni el encanto infantil de Mickey Mouse; ni la fascinación gótica de Batman; ni el ocio educativo de las civilizaciones. Ninguno de estos factores resiste la crisis que atraviesa el sector de los parques temáticos. En España y fuera de ella. La enseña europea del negocio, el Eurodisney parisino, que explota dos parques temáticos en la capital francesa, prevé un aumento de capital de 250 millones de euros. La compañía tenía a finales de marzo una deuda estimada en unos 2.400 millones. El pato Donald ha disparado la alarma roja.
El año pasado, los cuatro grandes complejos temáticos españoles –Universal Port Aventura, Isla Mágica, Warner Bros Movie Park y Terra Mítica– cerraron el ejercicio con unas pérdidas acumuladas desde 1999 de 149,05 millones de euros (24.800 millones de antiguas pesetas). Demasiado agujero para cuatro únicas empresas.
Y ello, teniendo en cuenta que uno de los complejos, el madrileño de Warner, obtuvo beneficios, lo mismo que ocurrió en el primer balance completo de los complejos de Sevilla y Salou. El benidormense Terra Mítica ha sido la excepción que confirma la regla: pierde dinero desde el primer día que giraron los tornos.
España ha superado a Francia en número de turistas, y ya es el segundo país en número de visitantes después de Estados Unidos. El consumo crece a buen ritmo desde hace un lustro y las economías regionales se desarrollan por encima de la media europea.
Pese a esta coyuntura positiva, Terra Mítica descendió en visitantes un 25% en 2002 respecto al año anterior, a pesar de que Benidorm recibió 5 millones de turistas; Isla Mágica se declaró en suspensión de pagos; y Port Aventura, con sus 3,8 millones de clientes (un 12,5% más) arrastra una deuda equivalente al 76,28% de sus activos, sólo diez puntos menos que el ruinoso complejo heredado de la Expo sevillana.
«Cuando uno de estos proyectos surge de la iniciativa empresarial es más probable que tengan viabilidad económica. Tratan de aquilatar ingresos y beneficios. Lo que está claro es que la gente invierte en ocio y hay más turistas. El problema de los parques temáticos que nacen de la iniciativa pública es que falta ese planteamiento empresarial», explica Manuel Fernández Montesinos, analista financiero y delegado en Alicante de Beta Capital Mees Pierson.
A tenor de este análisis, la gestión pública ha sido ruinosa para el sector, y como dice el director de Beta Capital, «no sólo es cuestión del tamaño de las empresas, sino de cómo se afronte la gestión. Hay parques que no han parado de dar beneficios desde que abrieron».
Los ejemplos más claros de este argumento tienen nombres en España. Parques Reunidos cotiza en bolsa y posee un balance de cuentas bien saneado. Sus empresas señeras son el Parque de Atracciones de Madrid el Oceanogràfic y Selwo, un complejo dedicado a la naturaleza. Colortex, empresa de capital valenciano que gestiona un safari en El Verger (Marina Alta), salda sus cuentas por ganancias. Terra Natura, anejo a Terra Mítica, conformará el termómetro que medirá su gestión empresarial del grupo.
Dos ejemplos de parques bien gestionados desde Alicante los constituyen Aqualandia y Mundomar (ambos en Benidorm y del mismo grupo), que arrojan ganancias desde que el primero abriera en 1985. Pese a su menor tamaño, tuvieron en 2002 más visitantes que Isla Mágica, lideran la industria de los parques acuáticos y marinos en España y ganan suficiente dinero como para plantearse acometer nuevas inversiones o adentrarse en otros sectores, como el hotelero.
La situación financiera de los cuatro grandes complejos españoles es más que preocupante. Isla Mágica suspendió pagos cuando su deuda (63,2 millones de euros) alcanzó el 87,3% de sus activos. Pero el resto no anda a la zaga. Port Aventura debe a sus acreedores 249,2 millones de euros. En 2002 sólo perdió 4,9 millones y, con todo, acaba de aprobar su segunda ampliación de capital en un año. La Caixa ya controla el 40% de los títulos.
Terra Mítica acumula desde su inauguración en 2000 un déficit de 100,3 millones , y sólo en el último ejercicio sufrió cuatro veces más pérdidas que los otros tres grandes.
Entre todos ellos adeudan 772,8 millones a sus acreedores y se han visto obligados a acometer planes de saneamiento para salir del laberinto temático en que están sumidos. O eso, o el primo francés de Donald no llegará a cobrar la jubilación.